Afectó fuertemente el aumento del 24% en los precios de la carne vacuna.

Esta situación derivó en el cierre de pequeñas carnicerías por falta de rentabilidad y la contracción en el gasto de la población, que optó por pasarse en buena medida al consumo de cerdo o pollo.

«La carne de vaca sigue siendo el alimento más barato, pero hoy la gente no tiene plata y debe restringir sus compras», explicó a Infobae Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores de Carne Vacuna (CAMYA), quien además aseguró que las compras en las carnicerías «cayeron al 50%» desde fines del año pasado por el encarecimiento que presentó este producto.

Pedace explicó que el sector cárnico experimenta una ‘realidad’ que es «la cesación de pago por falta de efectivo. El consumidor, los primeros quince días compra carne con dinero en efectivo y la segunda parte del mes usa el plástico o con lo que puede. El consumo en marzo fue tremendo para los carniceros y frigoríficos y para todo el sector».

Al cerrar el mes de marzo, el último informe difundido por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) refirió que el primer trimestre del 2019 cerraba con una caída del 13,4% en el consumo de carne vacuna, hecho que fijó un piso histórico menor a los 50 kilos per cápita para el consumo anualizado.

«La carne sigue siendo lo más barato en alimentos, pero hoy la gente no tiene plata. Falta una moneda fuerte. El consumo cayó en las carnicerías un 50% lo que provocó que cerraran muchas carnicerías chicas, porque el precio no les da y no alcanzan a cubrir los gastos», continuó Pedace en su explicación.