El presidente Donald Trump y su par de Brasil Jair Bolsonaro llegaron a un acuerdo para establecer un cupo anual de 750 mil toneladas de trigo libre de aranceles.

Si bien aún no se oficializó la medida en un documento público, la decisión de que Estados Unidos compre el cereal en Brasil se tomó con el objetivo de empezar a negociar la reapertura del mercado de carne bovina brasileña.

La noticia cayó como un baldazo de agua fría. El año pasado Brasil importó 7 millones de toneladas de trigo, de las cuales casi 6 millones (un 84%) las compró en la Argentina (el segundo proveedor fue Paraguay).

En la Casa Rosada por ahora optaron por no referirse al tema dado que aún no es oficial. Pero en el sector agropecuario acusaron recibo de inmediato y se mostraron preocupados por el futuro de la relación bilateral con Brasil.

«Esto tiene dos lecturas: si es un hecho aislado no debería tener mayores implicancias porque se trata de un cupo que representa el 12% de lo que le exporta la Argentina. Sí nos preocupa que esta medida represente el inicio de una nueva política estratégica comercial de Brasil», dijo a LPO Diego Cifarelli, presidente de la Federación de la Industria Molinera (FAIM).

«Como cadena comercial siempre queremos venderle trigo a Brasil porque son nuestros mayores socios comerciales», indicó el titular de FAIM. «Creemos que tienen que existir canales de diálogo permanentes para ir subsanando este tipo de situaciones que puedan ocurrir», agregó.

El representante de los molineros explicó también que «sabemos que hay un tema de intercambio comercial que hace esta cuota de trigo esté presente en la negociación y que, evidentemente, para los puertos del nordeste de Brasil, el trigo de Estados Unidos llega un poco más barato sin aranceles».