Ante el cierre de la frontera brasileña muchas empresas están buscando redireccionar su oferta exportable hacia el puerto de San Petersburgo.

Los problemas con las peras de la región del Alto Valle se profundizan. A la falta de tamaño, se le suma una drástica caída sobre la presión de la fruta, la presencia de carpocapsa y la falta de financiamiento para el sistema.

En la presente temporada, los productores esperaron hasta último momento para cosechar la pera buscando, de esta manera, lograr un mayor calibre sobre su fruta. Pero con esta estrategia, la presión comenzó a ceder lo que terminó afectando un óptimo proceso pos cosecha que termina con el almacenamiento la fruta en frío.

Días después de finalizada la recolección de la variedad William’s, según detalla el diario Río Negro, salieron a la superficie los rechazos de los camiones de pera en frontera por parte de los agentes fitosanitarios brasileños, por la presencia de carpocapsa. El cierre de la frontera con Brasil y la mala calidad de fruta disponible para colocar en esta primera etapa de la temporada, llevaron a que muchos empresarios busquen reorientar su oferta exportable hacia Rusia, un destino que tiene un alto riesgo de cobro.