La campaña 2018/19 será la última del Gobierno de Mauricio Macri, y el mercado se prepara para una campaña con alto grado de incertidumbre.
Hace una semana era negocio sembrar maíz, con las novedades de hoy el negocio pasa por sembrar soja, tal vez mañana la recomendación cambie, y así las reglas de juego mutan, como lo hacen ministros y secretarios que se confunden en la transformación del gabinete de Mauricio Macri, aunque siempre son los mismos.
El Gobierno impuso una retención de $ 4,00 por dólar para las materias primas que se exporten. Luce un poco raro la forma en que instrumentó la norma. Si el dólar vale $ 40,00 la retención es equivalente a un 10%, pero si el peso se devalúa el porcentaje de retención disminuye, lo que alienta al mercado a tener un tipo de cambio más deprimido y de esa forma pagar menos impuestos. Si el dólar sube a $ 45 la retención será de $ 4, y el porcentaje 8,9%.
En cambio, si el peso se apreciara, resultaría muy probable que el impuesto pagado por la retención sea porcentualmente más elevado. Por ejemplo, si el dólar vale $ 35, como la retención es un cargo fijo de $ 4 porcentualmente sería superior al 10%, más precisamente el 11,4%, por ende, menos beneficioso para el sector exportador.
Son retenciones móviles, pero inversamente proporcionales a la 125. Con la 125 si la soja subía pagabas más, y si bajaba pagabas menos. En este caso si el peso se revalúa pagas más, y si se devalúa pagás menos. Casi un llamado desesperado a devaluar el signo monetario, que ya se encamina a superar la barrera psicológica de $ 40 con destino a los maduros $ 50.
Lo ideal
Hoy, con las novedades arriba de la mesa, según remarca en detalle el sitio Ámbito.com, lo mejor es hacer soja, y dejar la ganadería para más adelante. El cambio de reglas de juego es sorprendente. La producción, sustentabilidad del suelo y rotación lo dejamos para otra oportunidad.
Lo cierto es que se viene la última campaña agrícola de Mauricio Macri, cuando asumió eliminó retenciones y se dio un gran crecimiento del área de trigo y maíz, una mejora sorprendente contra la cotización de la época de Cristina. Terminará su mandato con una campaña en donde la soja tendrá un rol protagónico, mientras que el trigo y el maíz perderán el brillo que le dio la libertad de mercado del año 2016.