Analistas del sector granario y representantes de la industria exportadora advirtieron que existe una baja en el ritmo de las ventas de soja, que se extenderá hasta fin de año.

Los primeros datos extraoficiales mostraron que los productores comenzaron un camino de retención de granos, alertados por la extensión de la brecha cambiaria y una posible devaluación post electoral. A estos factores se sumó la crisis hídrica por la bajante del río Paraná, en medio de un clima electoral que llevó incertidumbre al sector. Así, quedarían en stand by los USD7.160 millones que restan por exportar, de acuerdo con estimaciones privadas y tomando como base los actuales valores de mercado interno para el poroto.

Un dato a tener en cuenta es que los productores liquidaron a buen ritmo maíz, trigo y girasol durante el primer semestre del año, una situación que generó una mayor liquidez y les permitirá afrontar los gastos de la campaña 2021-2022 sin necesidad de recurrir a la oleaginosa. De acuerdo con estimaciones privadas, quedan por vender 21,4 millones de toneladas de soja, correspondiente a la campaña 2020-2021.

En esta instancia, la bajante del Paraná hace que las embarcaciones deban enfilar hacia los puertos del sur bonaerense, escenario que se confirma con los despachos récord de maíz desde la terminal portuaria bahiense.

La Bolsa de Cereales de Bahía Blanca confirmó ese dato y calculó que el promedio de carga del cereal por embarcación entre mayo y julio fue de 26.000 toneladas, cifra que representa un incremento del 21%. En los días de mayor impacto de la bajante del Paraná, los completamientos de buques llegaron a alcanzar las 28.000 toneladas.