El Producto Bruto Interno (PBI) cayó un 19,1%, una de las mayores bajas interanuales de la historia.

El valor agregado bruto del sector agricultura, ganadería, caza y silvicultura se ubicó en 92.005 millones de pesos constantes (precios de 2004), lo que significa una caída del 10,7% con respecto al mismo período del año pasado, cuando fueron 102.896 millones, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).

El campo no escapó de la tendencia general de una economía que se desplomó entre abril y junio, debido a las medidas de aislamiento social provocadas por la pandemia de COVID-19 que profundizaron la recesión que venía sufriendo el país.

Esto derivó en que el Producto Bruto Interno (PBI) se desplome 19,1%, una de las mayores caídas interanuales de la historia.

En el caso del agro, si bien fue considerada una actividad esencial que pudo seguir trabajando, algunas actividades se vieron afectadas por las medidas preventivas: por ejemplo, hubo períodos con bajo ingreso de granos a los puertos por las restricciones para la circulación.

A esto se suma que las cifras del segundo trimestre se comparan con uno de los mejores períodos de la historia para el campo, puesto que en 2019 se alcanzó una cosecha agrícola récord que este año no se repitió.

Asimismo, en ese momento del año los precios internacionales de la soja y el maíz cayeron a sus peores niveles en la última década, para luego recuperarse, pero a partir de julio en adelante.

Un aspecto a considerar en este contexto es que, entre los sectores productivos, el campo es el que menos cayó.

Entre otros rubros, la pesca perdió 14%; la explotación de minas y canteras, 18,3%; la industria manufacturera, 20,8%; la construcción, 52%; el comercio, 16,9%; y los hoteles y restaurantes, 73,4%.

Si se suman sectores de servicios, solo tuvieron un mejor desempeño la intermediación financiera, con una baja del 1,2%; la enseñanza (+ 9,2%); y la generación y distribuición de electricidad, gas y agua (+ 3,3%).