Lo determinó la Gerencia de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Elaboró estimaciones del potencial productivo de la agricultura argentina ante cinco escenarios diferentes.
A esa conclusión llegó en un informe denominado “Alcanzando el potencial del agro argentino: escenarios de mejoras en logística y tecnología aplicada”.
En el mismo, elaboró estimaciones del potencial productivo de la agricultura argentina ante cinco escenarios: (I) reducción de brechas de rendimiento entre productores, (II) reducción de brechas de rendimiento contra el rinde potencial teórico del cultivo, (III) mejora de eficiencia de la cadena logística, (IV) una combinación de los escenarios I y III y (V) una combinación de los escenarios II y III.
“Los resultados arrojan que la Argentina tiene las capacidades de alcanzar los 200 millones de toneladas de producción de granos para el año 2027. Esta cifra surge de la combinación del cierre de la brecha de rendimientos actuales contra los rindes potenciales en secano y mejoras de eficiencia en las cadenas logísticas”, resumió la Bolsa.
De acuerdo a su propio Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (Retaa), aquellos productores que aplican paquetes tecnológicos altos registran rindes entre 17 y 32 por ciento más altos a los productores con paquetes tecnológicos bajos.
En promedio, la entidad calcula una brecha promedio entre productores de 11,8 por ciento para maíz y soja, 11,7 por ciento para girasol, 16,3 por ciento para trigo, 13,8 por ciento para sorgo y 10,1 por ciento para cebada.
Pero si la comparación se realiza contra el 80 por ciento del máximo rendimiento obtenible en cada zona, teniendo en cuenta las características de los suelos, lluvias y otros factores, en promedio maíz y trigo son los que más lejos están de su potencial: 36,8 por ciento. El girasol está 27,2 por ciento por debajo, cebada, 25,8 por ciento; soja, 18 por ciento; y sorgo, 9,7 por ciento.
En el aspecto logístico, el informe recuerda las amplias ventajas comparativas que tiene Argentina en términos territoriales, con sus mejores tierras productivas ubicadas a apenas 300 kilómetros de los puertos exportadores, cuando en Estados Unidos y Brasil la distancia es superior a 1.500 kilómetros.
Pese a eso, el costo de trasladar los granos es más caro y representa hasta 34 por ciento del precio, en el caso del maíz. La estimación de la Bolsa apuntó a proyectar qué pasaría si los costos locales se acercan a los del mundo.
Así, combinando el crecimiento productivo que podría lograrse al mejorar la tecnología e incrementar la siembra con mejoras de los costos logísticos, la entidad llega a la conclusión de que un horizonte de 200 millones de toneladas no es imposible de alcanzar.