La escases de lluvias se volvió un tema frecuente en el campo argentino y si bien ya el país no se encuentra bajo los efectos del fenómeno climático de La Niña, el que tarda en llegar es su contraparte, El Niño, el cual todavía no se hizo presente en toda su magnitud. Así, la principal zona productiva del país, conocida como zona núcleo, sufre precipitaciones dispares y poco importantes que ponen “en jaque” al trigo y trae severos inconvenientes a la implantación de maíz en la región.

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), indica que el 43% del trigo sembrado, que equivale a casi 500.000 hectáreas, no se encuentra en su mejor condicion, ya que indican que está entre regular y mala en la zona comprendida entre el norte de Buenos Aires y centro-sur de Córdoba y Santa Fe, en un contexto donde el 70% del cereal está atravesando el período crítico, entre desplegando la hoja bandera y floración.

En el oeste y norte de la región “la falta de agua es crítica y el potencial de rendimiento está en caída”, afirmó la entidad. En este sentido, ya alertan de rindes de 15 quintales por hectárea (qq/ha), cuando el promedio de la región de los últimos 5 años es de 38,8 qq/ha sin tener en cuenta el desastre del año pasado.