Gracias a las precipitaciones registradas a principios de septiembre, la zona núcleo se prepara para una siembra de maíz de fecha temprana.
Si bien el suelo no recupero los valores normales, las precitaciones permitieron emparejar la cama de siembra, rehumedecer los primeros centímetros y, de cara al pronostico de un fenómeno El Niño para la próxima primavera y verano, en zona núcleo las fechas de siembra tradicionales podrían volver a prevalecer.
Gustavo Ferraris, un ingeniero agrónomo, especialista en fertilidad de suelos, nutrición de cultivos y agricultura de precisión del INTA Pergamino, insistió en la posibilidad de maximizar el aprovechamiento de los nutrientes del suelo en esta campaña maicera.
Si hablamos de la fertilización del maíz, el investigador comentó que, con un pronóstico de ciclo húmedo y de buenos rendimientos, y teniendo en cuenta que se observa una buena cantidad de nitrógeno residual, “se tiende a dividir la fertilización agregando una parte a la siembra y otra cuando el cultivo está creciendo, en un estado entre 4 a 6 hojas expandidas (V6), con el objetivo de minimizar las pérdidas por lixiviación”.