Desde fines de agosto hasta la semana pasada los productores vendieron 4 millones de toneladas, equivalente a U$S 1.400 millones.

“El Gobierno nacional no necesitó presionar a los exportadores para que liquiden más divisas. La actual situación económica y financiera del país impulsó a los productores a vender un inusitado volumen de soja durante septiembre. La falta de financiamiento y el elevado nivel de las tasas de interés actuaron como impulsores de esa mayor oferta en el mercado disponible de la oleaginosa”, aseguró Pablo Adreani, fundador de GuruMarket, en el diario La Nación.

Desde fines de agosto hasta la semana pasada los productores vendieron 4 millones de toneladas, equivalente a U$S 1.400 millones. Durante septiembre, los exportadores liquidaron U$S 2.094 millones, y por quinto mes consecutivo la liquidación superó los U$S 2.000 millones.

La mayor oferta de soja disponible por parte de los productores se produjo en un ambiente de mercado cambiario estable y sin sobresaltos, lo que se tradujo en un precio para la oleaginosa que osciló entre U$S 235 a U$S 240 por tonelada.

“Si bien sigue habiendo resistencia a vender soja, en la práctica se da la lógica usual según la cual el productor vende cuando necesita hacerse de dinero, al precio que oferte el mercado en ese momento. Las ventas de soja por 4 millones de toneladas en un mes fueron negocios por necesidad, no por especulación”, señaló Adreani. El dato a tener en cuenta es que las ventas acumuladas (exportación e industria) suman 30 millones de t. Considerando una producción de 55 millones, aún quedan sin vender 20 millones de toneladas, descontando el uso como semilla y la existencia final.

Esos 20 millones de toneladas de soja equivalen a U$S 7.000 millones, en función de un precio FOB de U$S 350, una suma muy superior a los U$S 5.400 millones que el FMI tiene pendiente enviar a la Argentina.

“Es muy difícil proyectar cómo será el ritmo de ventas de los productores de aquí a los próximos meses, considerando que en algunas semanas tenemos el primer mojón en las elecciones presidenciales. El resultado podrá tener influencia directa en la actitud de venta por parte de los productores. Habrá que considerar otras variables del mercado, como el tipo de cambio, la evolución de las tasas de interés, el avance de la cosecha de soja de EEUU y su impacto sobre Chicago, y también habrá que analizar la evolución del clima en nuestro país”, indicó Adreani.

“Sin embargo, no debemos permitir que el árbol nos impida ver el bosque. Los 20 millones de toneladas de soja sin vender hasta la asunción presidencial el 10 de diciembre aparecen como el principal factor bajista para el mercado de soja disponible”, agregó.