Es en lo que va del año, en relación al año pasado.

Los exportadores declararon hasta el momento compromisos de ventas externas de poroto de soja 2018/19 por 4,27 millones de toneladas, mientras que la industria oleaginosa registró embarques programados de harina de soja por 11,7 millones de toneladas, según detalla el sitio Valorsoja.com.

En el ciclo comercial 2017/18 las declaraciones de ventas de poroto constituyeron un 14,7% del volumen total embarcado (poroto más harina), mientras que en lo que va de la campaña 2018/19 esa proporción subió hasta alcanzar el 26,6%. Es decir: casi doce puntos más.

La segunda fase de la “guerra comercial” Estados Unidos-China obliga a la nación asiática a recurrir exclusivamente al Mercosur para abastecerse de poroto de soja frente al nuevo bloqueo del poroto originado en EE.UU.

Esa es la razón por la cual el FOB de soja Paranaguá (Brasil) se encuentra actualmente casi 20 u$s/tonelada por arriba del FOB Golfo de México (EE.UU.). El FOB Rosario (Argentina), por su parte, se sitúa en un nivel similar al del Golfo de México, aunque en términos relativos está mucho más alto porque el poroto argentino cotiza –en condiciones normales de mercado– bastante por debajo debido a un menor contenido de proteína.

En ese contexto, el FAS teórico de la soja Rosario disponible de las empresas 100% exportadoras de grano sin procesar –como es el caso de las filiales locales de ADM, CHS y Amaggi– es actualmente de 240,0 u$s/tonelada, mientras que el de la industria aceitera es de 241,9 u$s/tonelada, según datos de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario. Esta situación de «primarización» de la exportación puede comprometer la competitividad del complejo industrial aceitero argentino.