Las empresas productoras y comercializadoras de semillas forrajeras se preparan en estos días para encarar la nueva campaña comercial luego del ciclo complicado.

Si bien a fines del año pasado se habían preparado para una buena campaña, una sequía histórica seguida por una seguidilla de temporales severos dificultaron las siembras de gramíneas y leguminosas forrajeras. Para colmo la megadevaluación del peso argentino terminó de complicar a los productores lecheros al tiempo que restó capacidad de compra a los ganaderos.

En la campaña 2017/18 las principales empresas del sector comercializaron –tanto en el mercado local como externo– 18.528 toneladas de semillas forrajeras, una cifra 8% inferior a la del ciclo anterior, según estimaciones de la Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales.

Sin embargo, la facturación del sector cayó de manera mucho más pronunciada: pasó de 80 millones de dólares en 2017 a apenas 66 M/u$s en 2018. La razón de tal bajón reside en el hecho de que los materiales forrajeros legales no pudieron trasladar todo el impacto de la megadevaluación debido a la intensa competencia de la semilla ilegal (conocida como “bolsa blanca”).

No es casual que, según el último informe de control de comercio del Inase –correspondiente al segundo trimestre de 2018–, la mayor parte de las semillas intervenidas por el organismo sean de especies forrajeras.

En lo que respecta a la alfalfa, el consumo estimado en el presente año fue de 4681 toneladas (-24% que en 2017), lo que implica que habría quedado un stock remanente de esa especie superior a 2500 toneladas.

La demanda de festuca, que venía mostrando un crecimiento progresivo en los últimos años, en 2018 fue de 4800 toneladas (-12% que en 2017). Se prevé que quedó un stock del orden de 1200 toneladas de esta especie.

También cayeron –en términos interanuales– las ventas de cebadilla con 1243 toneladas (-22%), pasto ovillo con 528 toneladas (-5%), agropiro con 506 toneladas (-10%), lotus tenius y corniculatus con 399 toneladas (-20%) y trébol blanco con 239 toneladas (-14%),

La única especie que se salvó de la malaria fue el raigrás anual gracias a la exportación. En los últimos años algunas empresas del sector comenzaron a desarrollar canales comerciales en Brasil, Europa  China, los cuales, luego de la megadevaluación registrada este año, lograron compensar con creces el bajón de demanda del mercado interno.

La Cámara de Semilleristas estimó que este año se vendieron 6527 toneladas de raigrás anual, una cifra 19% superior a del año anterior, lo que hizo que esa especie quedara con un remanente muy limitado.