Piden rentabilidad. Los números los proporcionó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came).

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) advirtió por el bajo nivel de rentabilidad con la que están trabajando las economías regionales y que, entre otros factores, tiene que ver con la presión impositiva.

En Río Negro, Came organizó la “Jornada Sectorial de Economías Regionales” en la que su presidente, Gerardo Díaz Beltrán, reclamó “un diálogo entre sindicatos, gobierno y empresarios, a los fines de alcanzar una integración que impulse el desarrollo”.

Según un comunicado difundido por la entidad confederada, el evento se caracterizó por un reclamo unánime del sector agropecuario: “Rentabilidad para las Economías Regionales”.

La estimación de Came es que las exportaciones de estas producciones sumarán 7.200 millones de dólares este año, lo que significa el nueve por ciento del total del país. Y que, solo en concepto de retenciones, aportarán 720 millones de dólares.

Durante la jornada, el economista Mariano De Miguel subrayó al respecto que “es difícil, con una estructura tributaria que penaliza el agregado de valor, poder mejorar la competitividad de las economías regionales».

“Ante todo, debemos conseguir y consolidar la rentabilidad de nuestro negocio, ya sea disminuyendo costos directos e indirectos, como así también logrando reglas de juego claras y previsibles”, completó Díaz Beltrán.

El presidente de CAME también mencionó las medidas que la entidad propuso al gobierno nacional para mejorar la rentabilidad y competitividad de la agroindustria nacional, como el diseño de una nueva política social y laboral que permita alcanzar previsibilidad y reglas de juego claras; un financiamiento a tasas razonables para los productores pyme; un régimen tributario que aliente la generación de empleo; el desarrollo de un mercado interno dinámico e inclusivo; la seguridad alimentaria como política pública para cumplir con el acuerdo Mercosur-UE; un plan de infraestructura y la sanción de la Ley Pyme 2.0, que contemple las asimetrías de la estructura productiva nacional, así como también la heterogeneidad regional.