Luego de 15 meses de destruir más riqueza de la generada la cadena láctea argentina pudo volver a registrar el primer trimestre con un valor neto creado positivo.

Entre diciembre de 2017 y febrero de 2019 el sector lácteo argentino se descapitalizó de manera sistemática –en términos promedio– dado que los ingresos generados por tamberos e industrias no lograron cubrir los costos. Recién a partir de marzo pasado pudo revertirse esa situación.

Sin embargo, la distribución de ese valor por el momento se concentra fundamentalmente en el sector productivo y, en menor medida, en las Pymes lácteas, mientras que las grandes industrias –en promedio– aún experimentan una situación de quebranto.

El “valor de referencia de demanda” en mayo pasado de pequeñas y medianas empresas lácteas (integradas en Apymel) fue de $15,3 /litro versus un valor promedio ponderado pagado al tambero de $14,8 /litro durante ese mes, según indica el último informe realizado por el Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco) en conjunto con el INTA.

En el caso de las grandes empresas lácteas (integradas en CIL), el valor de referencia en mayo pasado ($13,6 /litro) estuvo nuevamente por debajo del precio promedio pagado a los tamberos y así acumula diez meses consecutivos con pérdidas económicas, según los cálculos realizados por los técnicos de Iapuco.

El “valor de referencia de demanda” expresa la capacidad de pago teórica por litro de leche cruda por parte de las industrias en condiciones normales de operación y para una situación de “nivelación” en los resultados de la empresa, es decir, sin margen de renta alguno.

El análisis de Iapuco muestra que las empresas tamberas de la provincia de Buenos Aires cuentan con márgenes positivos desde diciembre de 2018, mientras que esa situación en el resto de las cuencas lecheras se observa a partir de marzo pasado. Así, los tamberos son los que tienen la mayor participación con 36.4% en mayo pasado versus 24.2% el comercio, 24.1% la industria y 16.2% el Estado (impuestos).