Una parte del sector vitivinicola ya había adelantado molestias ante la firma del acuerdo. Tras la confirmación, varios sectores de la agroindustria se mostraron molestos por sentirse «perjudicados», como el olivícola y el automotriz.
El Gobierno nacional confirmó el pasado viernes la firma del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, y desde el oficialismo se vivió como un gran triunfo luego de las arduas negociaciones de los últimos años. Pero, algunos sectores de la agroindustria, en especial en algunas economías regionales, manifestaron rápidamente que pueden resultar perjudicados por lo que este tratado implica.
Para el sector vitivinícola, el acuerdo alcanzado es, como se preveía, 0x0. Ello implica que se liberalizan de entrada las exportaciones de vinos para Europa así como también las importaciones hacia el Mercosur. En este sector, mientras que las bodegas nucleadas en Bodegas de Argentina aplauden el acuerdo, desde otras empresas, e incluso desde Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), salieron recientemente a remarcar los perjuicios que este convenio generará en la actividad.
Lo mismo hizo el sector olivícola. El Mercosur negoció una cuota para que Europa exporte a la región aceite de oliva y el sector salió rápidamente a advertir sobre las consecuencias para la industria local. La Federación Olivícola Argentina (FOA) viene insistiendo que «se propica una apertura», pero «es necesario contar con una economía estable, previsible, que otorgue un marco de desarrollo posible, para hacer frente a la agro industria europea y fundamentalmente a su olivicultura, que es el sector que cuenta con el mayor porcentaje de subsidios en el Viejo Continente», señaló la entidad en un comunicado.
El sector automotriz es uno de los considerados más sensibles en medio del acuerdo, y el Gobierno logró estirar los plazos. Tendrá un período de gracia de 7 años y luego una desgravación arancelaria gradual hasta finalmente quedar en 0% al año 15. En el caso del autopartismo, también comienzan a desgravar después de los 7 años, pero a los 10 años ya la mayoría queda en 0%.
Desde la Asociación de Fábricas de Autopartes (Afac), el director ejecutivo, Juan Cantarella, aseguró que «claramente el sector automotor del Mercosur, y en particular el autopartismo, ha sido moneda de cambio en esta negociación». «Ante la ausencia de aranceles que equiparen las amplias asimetrías entre nuestros bloques, si la Argentina no avanza en serio en un salto cuántico de competitividad (reforma tributaria en serio y sin gradualismos, modernización de leyes laborales, infraestructura), será muy difícil mantener el equilibrio de las inversiones que demanda esta industria para ser sustentable desde un punto de vista productivo», enfatizó el directivo, muy molesto con el acuerdo.