Por el constante y excesivo calor que se detectó en varias regiones del país los últimos días, el INTA emitió una serie de recomendaciones para proteger adecuadamente al ganado.

Las condiciones meteorológicas de esta semana en gran parte del país pueden hacer que rápidamente los animales pierdan el confort térmico. Por eso, desde el INTA permiten conocer el Indice de Temperatura y Humedad zona por zona, y además emitieron una serie de recomendaciones para prevenir o mitigar el fenómeno.

En ambientes con elevada temperatura los bovinos pueden ver afectado su confort térmico y desencadenar una serie de cambios fisiológicos que conducen a una progresiva disminución en la eficiencia productiva. Según sea el caso, los bovinos pueden presentar menores ganancias o pérdida de peso, caída en la producción de leche , baja performance reproductiva  y ,en un estado extremo, llegar a la muerte.

Para reconocer los ambientes propensos a generar estrés por calor, se debe tener en cuenta la temperatura, la humedad relativa, la radiación solar y la velocidad del viento.  Los especialistas del instituto indicaron que“de todos los indicadores desarrollados hasta el presente, el más conocido es el índice de temperatura y humedad (ITH), el cual emplea la T° y la HR como parámetros para estimar el nivel de estres calórico, mediante la formula ITH = (1,8 x T° + 32) – (0,55 – 0,55 x HR / 100) x (1,8 x T° – 26)”.

vaca

CLAVES, A TENER EN CUENTA:

  • Implementación de sombras naturales o artificiales, sumado al enfriamiento de los
    animales mediante el uso de ventiladores y aspersores.
  • Respecto a la alimentación, priorizar pastoreos nocturnos y de madrugada. Suministrar dietas frías, equilibradas y de mayor contenido energético.
  • El agua, otro factor crítico: En situaciones con temperaturas elevadas,
    una vaca puede consumir en promedio hasta 107 litros por día, mientras que una lechera de alta producción puede ingerir hasta 140. En una toma de cinco minutos, se calcula que un solo animal puede beber hasta 13 litros.
  • La respiración del animal es un buen indicador de su estado de bienestar.
    El incremento de la frecuencia suele ser el primer síntoma visible de la respuesta
    al estrés térmico. A medida que aumenta la cantidad de aire respirado, mayor será
    la pérdida de calor.