Pesa 1.400 kilos y mide casi dos metros. Fue reconocida en los últimos días como el animal más grande de Australia.

Además de valerle el título como animal más grande de su país, su gran tamaño le salvó la vida: ya que con sus dimensiones no podía ser sacrificada en el matadero, tal como relató su dueño, el ganadero, Geoff Pearson, a The Guardian. «Es demasiado grande para las especificaciones de la cadena del matadero. Sería demasiado pesada para las máquinas y probablemente tocaría el suelo al estar colgada, por lo que habría problemas de contaminación, y sus cortes de carne serían demasiado grandes», dijo.

El granjero agregó que su animal tendrá otra misión dentro del lugar, ya que por sus cualidades éste resulta atractivo para otros bovinos.