En el Carnaval, los terrenos y cosechas de la región central y la región de Pampa en Argentina bailaron al son de la danza de las lluvias.
Una serie de tormentas fuertes dejaron acumulaciones significativas que, por lo general, son adecuadas para el final de la cosecha gruesa, y siguen fortaleciendo la recuperación después de la inquietud provocada por la sequía en enero.
No obstante, las descargas fueron extremadamente fuertes en varias áreas, lo que también podría provocar dificultades de anegamientos e inundaciones que dificulten la cosecha y la dañen tanto en cuanto a productividad como a calidad.
Los datos que informa cada mañana el Servicio Meteorológico Nacional (ver foto principal) muestran que la provincia de Buenos Aires fue el epicentro de las precipitaciones, que alcanzaron con valores de más de 100 milímetros al centro, oeste, noreste y noroeste.
Además, los registros en otras regiones esenciales para la producción agrícola del país, como Córdoba, también fueron considerables.
La Bolsa de Cereales de la provincia indicó en relación a esto: «A lo largo del extenso fin de semana, las precipitaciones y tormentas causaron grandes acumulaciones, en particular en la región norte de la provincia.» Estas lluvias podrían favorecer a los cultivos que todavía están en su etapa crítica.
Las lluvias fueron especialmente intensas en el norte, que era justamente el área que requería más agua, principalmente para reactivar las expectativas en el maíz.
San Pedro, situado en el extremo norte junto a Santiago del Estero, con una longitud de 220 milímetros, registró el acumulado más elevado en los últimos días.