En un informe, el IPCVA argumentó que la ganadería argentina no perjudica al ambiente y tiene un gran potencial frente a los mayores requerimientos de sustentabilidad en el mercado mundial que vendrá luego de la pandemia.
Cuando toda la sociedad atraviesa este momento, con un horizonte incierto en lo cuanto a lo sanitario y en lo socioeconómico, el sector cárnico se ocupa de cuidar el funcionamiento de la cadena para poder ofrecer de manera ininterrumpida el alimento.
Adrian Bifaretti, Jefe Departamento Promoción Interna del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna de la Argentina (IPCVA), y Eugenia Brusca, asistente del Departamento Promoción Interna de la entidad, elaboraron un informe de perspectiva sobre este tema.
El comunicado
Cuando se analizan los datos de los niveles de contaminación durante la cuarentena obligatoria sufrida por el mundo entero, los registros de organizaciones como la Agencia Espacial Europea o la mismísima NASA, la contaminación que durante los últimos meses los niveles de contaminación del planeta han caído de manera formidable .
Concretamente, desde los momentos previos a este mundo en suspenso, la NASA ha dimensionado un descenso entre el 20% y el 30% de las emisiones de emisiones de dióxido de nitrógeno en países como Italia, China y EEUU donde el covid 19 complicó el normal funcionamiento de plantas de energía, buena parte de la industria y afectó mucho el desenvolvimiento normal del transporte.
Esto, no hace más que demostrar que la ganadería, y con esto la producción de carne, no es el alcalde responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero, quedando en evidencia que otras actividades como la producción de energía, el transporte o la industria a gran escala en muchos países con poder político, tienen mucha responsabilidad mayor en el cambio climático.
Si se calcula las emisiones globales de todos los sectores de la economía, las emisiones agropecuarias de Argentina explican entre 0.5 – 0.6% de las emisiones globales; Una cifra muy poco significativa a escala mundial.
A pesar de ello, vale profundizar en el enfoque que plantea Ernesto Viglizzo, uno de los máximos referencias y expertos en el tema en Argentina. Sostiene que es necesario perfeccionar y homologar a nivel internacional las metodologías para dimensionar la emisión de gases de efecto invernadero y considerar además la fijación de carbono por parte de la biomasa que habitualmente no vemos y que está en el suelo.
La fijación de carbono de nuestros suelos permite un crédito de carbono en condiciones de neutralizar la totalidad de las emisiones de los otros sectores de nuestra economía. Nuestra ganadería no solo no resulta perjudicial para el medioambiente, sino que vuelve sustentable a la totalidad de nuestro sistema económico. De hecho, Argentina emerge como el país que muestra el balance de carbono con mayores excedentes en toda la región del Mercosur, secuestrando 12 veces más de lo que emite, comparado con una relación de 3,5 promedio para la región.