El nivel del agua está 80 centímetros por debajo de lo esperado para septiembre, mes clave para la comercialización de granos.

Desde hace más de una semana que el caudal de la hidrovía que comparten Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay no tiene el nivel suficiente para la habitual navegación de los grandes barcos cargueros.

La Hidrovía Paraná-Paraguay recorre 3.442 km desde su origen en Puerto Cáceres (Brasil) hasta su desembocadura en Nueva Palmira (Uruguay). Especialistas calcularon que el nivel del agua está 80 centímetros por debajo de lo esperado para septiembre, mes clave para la comercialización de granos.

Fuentes del sector revelaron que se acumulan las demoras de los embarques y que hay imponentes navíos aguardando para zarpar, sin posibilidad de transitar las zonas bajas del río.

En los puertos el calado es profundo y se puede maniobrar, pero en otros tramos del curso la bajante se siente y los barcos no transitar si están muy cargados. “Los buques salen con menos carga que la prevista y el eso afecta tanto costos como logística”, afirmó un experimentado exportador agropecuario.

La bajante provoca pérdidas millonarias, que todavía no fueron calculadas. El tiempo extra de amarre y las menores cantidades transportadas recargan los costos en dólares del envío de mercaderías a otros países, o incluso, de puerto a puerto local.

La Bolsa de Comercio de Rosario y el gremio de los prácticos, que guían a los buques, advirtieron por las dificultades en las operaciones. Ya se estiman pérdidas de entre u$s30.000 y u$s50.000 diarios por cada embarcación varada.

Pero también están afectadas las importaciones y el abastecimiento de la zona del Litoral argentino. En Corrientes desplegaron un operativo terrestre de emergencia para distribuir combustibles por la imposibilidad de tránsito de las barcazas petroleras.

“La operación en los puertos oleaginosos del Gran Rosario demanda cuidados especiales para evitar que los barcos queden varados. Así es cómo desde la ciudad puede verse una larga hilera de cargueros anclados en el canal, a la espera que les den luz verde para cargar sus bodegas”, describió El UNO de Entre Ríos.