El gobernador sanjuanino Sergio Uñac arrasó este domingo en las primarias abiertas de su provincia.
El peronista, que armó un frente diverso que incluyó al PJ territorial y al kirchnerismo, ganó con comodidad y se encamina, sin sombras aparentes, a reelegir como gobernador en las generales del 2 de junio próximo.
Con el 94% de las mesas escrutadas, supera el 55% de los votos positivos, algo por encima del score de 2015 y se aleja más de 20 puntos de Marcelo Orrego, el candidato de la Casa Rosada que, sin embargo, no usó ni la marca Cambiemos ni se mostró con Mauricio Macri.
Uñac llegó a la votación provincial con todo el peronismo alineado. Pactó, en el verano, con Gioja y acordó un esquema de unidad que incluyó a todo el peronismo y a espacios accesorios.
Gioja negoció, incluso, una cláusula gatillo: Uñac se comprometió a apoyar el dispositivo electoral nacional que tenga como epicentro al PJ nacional que preside, justamente, su coterráneo.
En paralelo, el gobernador se arrimó a Roberto Lavagna y jugueteó, además, con la hipótesis de una postulación propia. Una victoria contundente lo pone en la grilla nacional, sino es en alguna fórmula, como armador. El propio Uñac dijo que no sería un «disparate» ser el vice del economista.
En su discurso de victoria, Uñac ató ambos destinos. Habló de una «convocatoria amplia para construir el triunfo del 2 de junio, el partido que queremos jugar», pero a la vez planteó que el triunfo lo «pone a disposición de una unidad nacional que contenga a todos los argentinos».
Para el peronismo, que siguió la elección con interés, compensa el tropiezo de Neuquén donde la unidad, con alta rotación de Cristina, terminó en un desastre electoral. Ramón Rioseco quedó muy lejos de Omar Gutiérrez (MPN).