Así se desprende de un informe que elaboró la Sociedad Rural tras los cambios impositivos incorporados en mayo. En el caso del trigo, implican un 84%.

La Sociedad Rural Argentina (SRA) elaboró un informe sobre el impacto de los cambios tributarios ocurridos desde mayo para el campo, a partir fundamentalmente de la reimplantación de derechos de exportación a todos los productos agroindustriales, además de la soja.

“En mayo de 2018, las decisiones empresariales de los productores tenían unas reglas de juego tributarias muy diferentes de las que rigen en octubre de 2018 luego de la vuelta de las retenciones”, cuestiona el reporte de la SRA.

La conclusión a la que llegaron los economistas de la entidad es que el peso de los impuestos en el resultado del productor está en torno al 90 por ciento tanto para soja como para maíz.

En todos los modelos teóricos usados para el informe, la SRA tomó el precio del arrendamiento como costo factor tierra. Además, se cuantificaron la totalidad de los impuestos que de alguna manera paga el productor, tanto al momento de la venta, como los impuestos cargados sobre la totalidad de los factores de la producción que utiliza el productor para realizar su actividad.

Cultivos de invierno. Se vieron afectados por los cambios de reglas de juego en medio de la campaña. En el caso del trigo, los impuestos representaban un 72 por ciento del resultado al momento de la siembra, y pasaron a significar 84 por ciento.

Cultivos de verano. En los de siembra temprana, los cambios impositivos cayeron en el momento en que la decisión ya estaba decidida. Los de siembra tardía aun dan margen para adecuar las decisiones de inversión.

Para soja, el peso de los impuestos en el resultado del productor pasó de 83 a 90 por ciento en seis meses. Para maíz, de 79 a 91 por ciento; es decir, fue el grano más perjudicado.

Según la Rural, no sólo impacta en este contexto la vuelta de las retenciones y su aumento para la soja, sino también que “la ganancia por la devaluación se la lleva el pago por adelantado del impuesto a las ganancias, a causa de la imposibilidad de poder realizar el ajuste por inflación de los stocks”, lo que “se agrava por las altas tasas de interés”.

Asimismo, influye la postergación del cronograma de reducción de Ingresos Brutos y Sellos en las provincias, y los aumentos del Impuesto Inmobiliario y las tasas viales que siguen cobrando algunas jurisdicciones.

Incidencia

En paralelo, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) también elaboró un documento sobre la incidencia que tienen los tres niveles de Gobierno sobre la ganancia de los productores. Estos cálculos corresponden a planteos de soja de primera y combinación trigo-soja de segunda, en un establecimiento en zona núcleo a 150 kilómetros del puerto, que son los que más rentabilidad tienen en el país.

En campo propio, la participación del Estado en soja de primera es del 66 por ciento; con rotación, del 62 por ciento. En campo alquilado, estas proporciones crecen a 83 por ciento y 73 por ciento, respectivamente.