Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y el USDA, esto significaría una pérdida de ingresos equivalentes en el año de unos 3,6 mil millones de dólares.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) confirmaron, recientemente, que según sus respectivas proyecciones el año próximo la Argentina se incrementará un 340% la exportación de soja sin valor agregado, teniendo una pérdida de ingresos equivalentes en el año de unos 3,6 mil millones de dólares.
En ese sentido, la Bolsa de Cereales estimó, en el lanzamiento de sus perspectivas para la campaña gruesa del año próximo realizada a fines del mes pasado, que la exportación de poroto de soja pasará de un monto de 3,5 millones de toneladas esta campaña a 15,4 millones de toneladas en la del año próximo, cuyo principal comprador será China (importa el 90 % del poroto de soja que usualmente exporta la Argentina).
Por su lado, el USDA proyectó, según la Fundación Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI), que las exportaciones de poroto de soja sin valor agregado aumentarían 275% el año próximo, al pasar de 4 a 13 millones de toneladas.
Esta tendencia a la primarización se ratifica con los datos oficiales publicados por la Secretaría de Agroindustria de la Nación sobre ventas al exterior de poroto de soja, que revelan embarques hasta fin de 2018 por más de 800 mil toneladas, últimos meses del año durante los cuales antes no se producían estas exportaciones. La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) prevé un incremento de la capacidad ociosa de la industria de procesamiento de soja este año de 40 a 45%, sobre la base de datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Según el agroeconomista Gustavo López, de la consultora Agritrend, la eliminación dispuesta por el Gobierno del diferencial de 3 puntos entre poroto y productos industrializados va a reducir la molienda en la Argentina y caerán las exportaciones de harina y aceite mientras subirán las de poroto de soja, sin valor agregado.
Adicionalmente, se prevé que la caída de la molienda en 2019 va a deteriorar el precio al productor sojero porque no habrá demanda durante todo el año y en cambio habrá muchas más exigencias de calidad de compra porque solo se exportará el poroto de soja a China.
Como reflejo, en Brasil la industria procesadora de soja, como consecuencia de los mayores precios del poroto, también ha comenzado a padecer márgenes negativos, según la cámara Abiove, por lo que, según un reporte de Tatiana Freitas de Bloomberg de días pasados, algunas plantas industriales se vieron obligadas a reducir su ritmo de procesamiento mientras que “otras plantas han detenido sus actividades y algunas consideran que se reanudarán solo cuando comience la nueva cosecha en el primer trimestre de 2019, dijo Débora da Silva, analista de Cepea (el brazo de investigación de la Universidad de San Pablo)”.
Brasil envió 69.2 millones de toneladas de soja hasta septiembre de este año, un 13 por ciento más que el año anterior, según los datos del Ministerio de Comercio. En septiembre, las exportaciones totalizaron 4,6 millones de toneladas, de las cuales el 91 por ciento se destinó a China, informó Bloomberg.
Como contrapartida, en Estados Unidos, los procesadores de soja molieron más de lo esperado: 4.374.000 toneladas en septiembre pasado, el volumen de procesamiento más grande en la historia de este mes, dijo la Asociación Nacional Procesadores Oleaginosas (NOPA). Ese récord representa casi un 18 % más que el procesamiento del mismo mes del año pasado.
Según analistas de mercado, el virtual bloqueo de China a la importación del poroto de soja norteamericano ocasionó que Estados Unidos contara con más insumo para su industria de procesamiento, lo que explica el incremento señalado por la NOPA, y que, mediante un multimillonario subsidio oficial a los productores de 12 mil millones de dólares –especialmente sojeros- del país del Norte, provoca por la gran oferta una caída en los precios de la harina y el aceite de soja, dos de los principales productos de exportación de la industria de procesamiento de la Argentina.
Asimismo, el presidente de CIARA, Gustavo Idígoras, confirmó la proyección y expresó su preocupación: “Estamos frente a una campaña agrícola muy buena pero el país necesita agregar valor a sus exportaciones para aumentar el ingreso de divisas. Sin embargo, el Gobierno tomó esta decisión equivocada de privilegiar las exportaciones de poroto de soja contra las de productos industrializados que duplican el valor de exportación. El ingreso fiscal esperado tampoco sucederá. El país va a perder muchos cientos de millones de dólares sino se revierte esta medida y se pondrán en riesgo las inversiones y el empleo de la industria”.
“La guerra comercial entre China y Estados Unidos –añadió Idígoras- nos está perjudicando; el mundo está en una etapa de imponer medidas proteccionistas contra importaciones, y la Argentina no puede perder las herramientas para defender sus exportaciones. Si no recuperamos el diferencial de derechos de exportación, la industrialización de la soja se irá a los países compradores y se paralizará el polo agroindustrial más grande del mundo.”
Consideró también que la Argentina necesita “exportar 9 mil millones de dólares más que en 2018 para darle la oportunidad al Estado nacional de recaudar los 5 mil millones dólares para cumplir con su plan de déficit cero, pero una sola medida nos puede imposibilitar esos objetivos. El actual debate de la Ley de Presupuesto Nacional en el Congreso es una oportunidad para alcanzar esta revisión de los derechos de exportación”.