Según los últimos datos oficiales sobre ventas de combustibles durante agosto pasado, los despachos de la versión Súper creció 9% en un año, frente a una abrupta caída de casi 13% en la variedad Premium en el mismo período. 

En simultáneo, luego de dos años, volvió a crecer en el expendio de Gasoil Grado 2, más conocido como el «Diésel común». En el análisis mes a mes, la comercialización de Gasoil barato subió 9,3%, mientras que la del Gasoil Grado 3 (el Premium) avanzó 3,4%, En el caso de las naftas, la Súper aumentó 4% y la Premium se desplomó 6,7%.

Estas cifras ratifican que tras la disparada del tipo de cambio y del precio internacional del crudo, se consolida la tendencia de los conductores de elegir el producto más económico, frente a la imposibilidad de costear un producto de mejor calidad y rendimiento.

A casi un año de la liberación del mercado de combustibles en la Argentina -20 de octubre de 2017-, el barril de Brent pasó de u$s 57 a u$s 77 en agosto, y hoy ya se ubica por encima de los u$s 84. En tanto, en un año el dólar subió $ 17,70 a $ 37,40, apenas por debajo de la última cotización oficial a $ 38,48.

En octubre del año pasado, antes que Juan José Aranguren decida liberar por completo los precios, la nafta Súper de YPF en la ciudad costaba $ 21,70 el litro. Hoy, se paga $ 36,76, unos $ 15 más cara, lo que equivale a un aumento interanual de 69,36%.