Durante los primeros seis meses de 2025, los precios de los terneros marcaron máximos históricos, gracias a una demanda firme que se sostuvo incluso durante el pico de zafra, según un informe del mercado ganadero de Rosario (Rosgan).
Tradicionalmente, la primera mitad del año concentra más del 60% de la oferta anual de terneros, siendo el segundo trimestre el de mayor salida de animales desde los establecimientos de cría. Este patrón, que se ha mantenido relativamente estable en los últimos años, suele generar una presión estacional a la baja en los precios entre marzo y junio.
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Sin embargo, el comportamiento de 2025 fue atípico. Gracias a condiciones climáticas más favorables, con un otoño más templado y mayores precipitaciones, el mercado de invernada se vio impulsado por la demanda más que por el volumen de oferta.
“En este sentido, a diferencia de años anteriores, la buena disponibilidad de pasto incentivó las recrías a campo, generando una mayor demanda por parte de los invernadores, quienes impulsaron una suba de valores en pleno pico de zafra”, explica el informe de Rosgan.
El efecto se hizo sentir con fuerza en abril, cuando la oferta superó los 1,5 millones de terneros. Ese mes, el precio promedio del ternero alcanzó los $3600, y a valores actualizados se ubicó en $3676 por kilo vivo, es decir, casi $1000 más que en abril de 2024.
Los datos de Rosgan reflejan una clara desvinculación entre la oferta y los precios, con una demanda tan activa que logró sostener e incluso mejorar los valores en un período en que normalmente retroceden.
En junio, la cotización de referencia para el ternero subió a $3709, lo que representa un 15% más que a principios del semestre. En comparación, el promedio de los años 2017 a 2024 muestra una caída real del 4% para el mismo período.
Según los registros históricos del mercado, solo en 2 de los últimos 15 años se había registrado un incremento real en el precio del ternero entre enero y junio. Este dato confirma la excepcionalidad del comportamiento observado en 2025.
El informe destaca también que una situación similar se dio en 2020, cuando nuevamente fue la demanda, impulsada por la búsqueda de una reserva de valor, la que motorizó los precios durante la zafra, contrarrestando la presión estacional.
“En este sentido, y a diferencia de los aumentos de precio provocados por restricciones en la oferta, este tipo de mejoras generadas principalmente por un mayor interés de la demanda permiten proyectar un escenario mucho más sólido y consistente para el sector”, concluyó Rosgan.