Las estimaciones privadas comienzan a dejar en evidencia que la caída en la producción de terneros no será tan fuerte como se proyectó durante el tramo final del año pasado.

Uno de los primeros indicadores a tener en cuenta es que los primeros datos parciales de la vacunación contra aftosa de 2023, que empiezan a corroborar que la merma de animales livianos será mejor que lo previsto.

“Sin embargo, las diferencias que se evidencian en el escenario climático respecto de lo que se venía registrando a esta misma fecha el año pasado, sumado a un fuerte cambio de expectativas respecto del negocio ganadero, impondrán un cambio sustancial en los movimientos de hacienda que condicionarán de manera directa la dinámica comercial de la presente campaña”, señalaron.