Tandil concentra la magia y combina la ciudad  con sus pueblos rurales de una manera única, es por eso que un fin de semana nunca alcanza para descubrirla en su totalidad.

Imagínese largas calles de tierra con arroyos que las rodean y le ponen a la escena música propia. Levantar la vista y que el sol pose entre los cerros teñidos de diversos colores. Un lugar donde respirar hondo y alcanzar el soñado descanso que esperamos tras un año y medio de pandemia.

Los diversos pueblos y parajes que engrandecen a Tandil son varios pero Gardey, María Ignacia Vela, Azucena, Fulton, La Pastora y De la Canal completan todos los gustos de los visitantes que llegan hasta la ciudad y son los más preparados para recibir visitas.