La situación de la agroindustrial es crítica. Sin crédito en los bancos, la compañía busca un socio para refinanciar sus deudas.

Esta semana había mucha expectativa por la reunión que dos altos directivos de Vicentín iban a mantener con algunos de los acreedores en la ciudad de Santa Fe, en la sede de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe), la filial santafesina de CRA.

En el encuentro, los directivos de Vicentín, Máximo Padoan y Roberto Gianneschi, no “blanquearon” el plan de pagos pero aseguraron que la empresa no va se va presentar a una convocatoria de acreedores ni tampoco va a apelar a quitas de capital en el pago de esas deudas.

La estrategia de Vicentín es buscar un socio importante que le permita refinanciar parte de esa deuda. Solo a los productores, la firma les debe unos U$S 350 millones y está porción del pasivo es la minoritaria: casi el 80% del pasivo es con los bancos, sobre todo el Nación (más de 18.000 millones de pesos), pero en la cola también están el Banco Provincia de Buenos Aires, el Hipotecario, el Macro, el Nuevo Banco de Entre Ríos y el Nuevo Banco de Santa Fe, entre otros.

Cabe recordar que la empresa firmó un contrato con Molinos, Aceitera General Deheza (AGD), Bunge Argentina y LDC Commodities para procesar unas 100.000 toneladas de girasol en su planta de Ricardone, en el norte del Gran Rosario. Es una buena noticia porque esa terminal estaba prácticamente paralizada desde el comienzo de la crisis financiera del grupo a principios de diciembre.