Al igual que en 2018, la brusca depreciación del peso argentino provoca un cambio de precios relativos que en su momento perjudicó de manera significativa la evolución de los negocios ganaderos y lecheros.

El desacople entre el ajuste inmediato de los insumos y servicios dolarizados con los ingresos pesificados de ambas actividades terminó generando una reducción de la oferta de carne y leche cuyos efectos en los precios –debido al ciclo biológico de los bovinos– recién comenzó a hacerse evidente este año. La desaparición del crédito accesible contribuyó a potenciar ese proceso.

Ahora una nueva ola de crisis de confianza amenaza con hacer estallar el tipo de cambio, con lo cual, en caso de que el precio del peso no logre regresar a niveles más cercanos a los presentes la semana pasada, tanto la ganadería como la lechería comenzarán a experimentar otra vez dificultades financieras y económicas, además de un licuación del valor de los activos.

En el primer semestre de 2019 la producción de leche fue de 45643 millones de litros, una cifra 5,7% inferior a la registrada en el mismo período de 2018, según datos oficiales de la Dirección Nacional Láctea.

A partir de la mejora del precio de la leche, se preveía para el segundo semestre del año una recuperación progresiva de la oferta argentina del producto, aunque ese proceso podría interrumpirse si se llegara consolidar una nueva fase devaluatoria.

En cuanto a la actividad ganadera, en enero-julio de 2019 se faenaron 7,73 millones de cabezas de hacienda vacuna (una cifra 0,5% menor que la del mismo período de 2018), de las cuales un 49,9% correspondió a hembras, según datos del último informe sectorial publicado por la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).

Mientras que algunos análisis indican que ese nivel de faena de vientres implica el inicio de un proceso de liquidación del stock bovino, otros señalan que, en la actual coyuntura, representa un escenario de mantenimiento de las existencias de hembras.

En cualquier caso, ya sea que el escenario ganadero sea de desinversión como de no-inversión, la llegada de un nuevo cambio abrupto de precios relativos en un marco de tasas de interés tan altas representa un entorno desfavorable para el crecimiento de la actividad.

El dólar comprador Banco Nación cerró ayer en $51 versus $44,2 el viernes pasado, mientras que el vendedor finalizó en $55 versus $46,2. 

El presidente Mauricio Macri indicó ayer en una conferencia de prensa que la devaluación del peso es responsabilidad de la crisis de confianza generada por el resultado favorable en las PASO de la fórmula kirchnerista encabezada por Alberto Fernández, mientras que éste último aseguró que es el propio gobierno nacional el responsable de controlar el tipo de cambio.