Muchas bodegas están en contra del acuerdo, ya que implicaría bajar a 0 los aranceles que pagan los europeos para ingresar al mercado local. Del otro lado, los que apoyan, sostienen que se multiplicarían las exportaciones.

La posible firma de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, que en las últimas horas se volvió más resonante, desató una insólita guerra en la industria del vino.

De un lado, están las principales bodegas exportadoras de la Argentina, que incluyen desde Grupo Peñaflor, de la familia Bemberg, hasta Nieto Senetiner, del Grupo Molinos, pasando por firmas como Catena, salieron esta semana a respaldar a través de la cámara Bodegas de Argentina el cierre de la negociación. Del otro, la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), un ente mixto del sector privado y el sector público que integran múltiples cámaras, incluso Bodegas de Argentina, pero que emitió otro comunicado para advertir los perjuicios del pacto entre bloques. La postura de Coviar quedó representada por la bodega Zuccardi y también por la cooperativa Fecovita.

En lo referente al vino, el acuerdo Mercosur-UE implicaría bajar a cero los aranceles del intercambio entre ambos bloques. Hoy, la Argentina paga entre 4 y 4,5% para ingresar al Viejo Continente, mientras la importación de vinos europeos, un 20%. Los críticos al acuerdo hacen hincapié en las “asimetrías” entre ambas políticas vitivinícolas y piden “convergencia arancelaria progresiva”. Se refieren a que Europa, el mayor productor de vinos del mundo con 12.500 millones de litros al año, subsidia la producción. Italia, por caso, vuelca 308 millones de euros al año, España, 304 millones y Francia, 280 millones. En la Argentina, en cambio, se cobran retenciones a las ventas externas.

Los defensores del acuerdo aseguran que más allá del apoyo europeo a sus productores, las bodegas pueden competir de igual a igual y que la firma del acuerdo multiplicaría por 12 las exportaciones de vino argentino al mercado europeo, “el principal mercado de exportación luego de los Estados Unidos”, dice Bodegas de Argentina en un comunicado. Además, subrayan que la Argentina tiene con Sudáfrica los mayores aranceles del mundo.

vino

La cadena vitivinícola exporta unos US$ 200 millones anuales y emplea unas 100 mil personas según datos de la consultora Abeceb que reproduce Perfil. “Hay bodegas más tecnificadas, más integradas verticalmente y con más inserción exportadora que ven con buenos ojos el acuerdo”, explica Hernán López Toledo, analista del rubro en esa consultora. “Pero hay otras que en el corto plazo tendrían que acomodarse demasiado, porque no se ve una competencia pareja”, asegura. Un punto de debate central, además, tiene que ver con el Reino Unido. Ese destino hoy es el tercero de las ventas argentinas, pero se lleva entre el 50 y el 60% de todo lo que hoy llega a Europa. “Si el acuerdo termina siendo con la Unión Europea pero por el Brexit termina siendo sin el Reino Unido, sería peor”, explica López Toledo. “Se abrirían los mercados de la Argentina, Paraguay y Brasil, y se perdería el principal mercado nuestro”, añade.

En Bodegas de Argentina rechazan esa lectura: dicen que Sudamérica nunca sería un gran mercado para Europa. “Chile tiene acuerdo y no lo inundaron de vinos”, dicen.