Si se analizan los distintos cultivos, los números a nivel nacional marcan que la participación en soja es del 65,8%, maíz 52,3%, trigo 53,5% y girasol 67,8%. Mientras el índice FADA nacional es de 60,6%, Córdoba registra un 59,3%; Buenos Aires, 63,2%; Santa Fe, 60,4%; La Pampa, 62,2% y San Luis, 58,1%.
Con respecto a diciembre, se observan caídas en los precios disponibles en dólares de soja y maíz. La soja cayó un 5% y el maíz un 6%; el trigo tuvo un incremento de 3% y el girasol de 1%.
David Miazzo, economista Jefe de FADA explicó que «en la medición de marzo 2019 los posibles causantes del alza fueron la caída de los precios de soja y maíz, la actualización de los impuestos como tasas viales municipales y los tributos inmobiliarios rurales provinciales junto con la suba de los costos».
«Esos componentes parecían indicar que el indicador iba a subir, sin embargo, la esperada cosecha récord y el movimiento en el tipo de cambio impulsaron a que baje», agregó el especialista. «La caída de precios reduce la rentabilidad y ante una torta más chica, la participación del Estado crece en términos relativos», sostuvo el economista.
La actualización de las tasas viales municipales y los inmobiliarios rurales provinciales generaron un efecto de incremento del indicador en marzo; durante 2018 se había licuado producto de la devaluación; la medición de FADA es trimestral.
En todas las provincias analizadas se paga impuesto inmobiliario rural; Buenos Aires, La Pampa y San Luis abonan Ingresos Brutos; en Córdoba y Santa Fe la actividad está exenta.
Buenos Aires y Santa Fe tienen tasas municipales, mientras que La Pampa tiene las guías cerealeras; San Luis y La Pampa tienen impuestos al estilo de aduanas internas.
Los costos de labores se han incrementado cerca de un 36% en pesos con respecto a diciembre. Al analizar la estructura de costos, según la moneda en la que se expresan, se puede identificar que un 57% de los costos de una hectárea de soja están dolarizados.