Así lo determinó un estudio del Observatorio de la Cadena Láctea.
El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla) emitió un informe de coyuntura en el que sostiene que, para la lechería en 2019, hay “percepción de una mejora integral respecto al año anterior, pero muy dependiente de las cuestiones de la macro”.
Para la elaboración de este reporte, la Ocla relevó la opinión de empresas lecheras. El resultado fue el siguiente: “Los referentes encuestados cuantifican las perspectivas del negocio para los próximos seis meses entre seis y nueve puntos, en un rango de escala entre uno a diez. Todos perciben una mejora del negocio”.
Un dato que permite sostener esta hipótesis es que, tras casi un año completo en rojo, en diciembre y enero últimos los tambos pasaron a tener de nuevo rentabilidad positiva. De todos modos, para la Ocla todavía se necesita un salto de precios para que definitivamente la actividad vuelva a ser negocio.
En el primer bimestre, la producción lechera cayó entre ocho y diez por ciento. “Habitualmente la producción alcanza su pico de mínima en el mes de abril, por lo cual el descenso continuará”, subraya la Ocla.
De todos modos, a partir de fines de febrero y principios de marzo se inician los partos, situación que deriva positivamente en la cantidad de vacas en ordeño. Por ello, la curva se revertiría y pasaría a ser positiva desde abril.
“A partir de junio se prevén tasas positivas y, en general, crecientes hasta fin de año. De cumplirse estas perspectivas, el primer semestre cerraría con una baja del cuatro por ciento interanual, que se iría corrigiendo durante la segunda parte del año, previéndose un cierre con una producción acumulada en torno de más-menos uno por ciento respecto al año 2018”, proyecta la Ocla.
Esta baja productiva en el arranque del año, sumado a un achique del stock en las industrias y un fuerte empuje exportador –debido a que la oferta mundial de leche se ha reducido y el precio de la leche en polvo se mantiene por encima de 3.000 dólares la tonelada–, es lo que alienta a la posibilidad de que el precio al productor se siga incrementando y mejore la perspectiva del negocio.
“Es factible que la disponibilidad de materia prima leche sea inferior al año anterior (entre un seis a ocho por ciento en el primer cuatrimestre), lo cual sumado a una mejora en el plano internacional (tipo de cambio y precios), redunde en una fuerte puja de la demanda por materia prima leche”, precisa la Ocla.