La tormenta de Santa Rosa dejó un saldo de lluvias extraordinarias en el centro y oeste del país, con fuertes impactos en la producción agrícola y en la vida cotidiana de los pueblos. Los excesos hídricos volvieron a encender alarmas en distritos de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, donde miles de hectáreas quedaron bajo agua y se complican las tareas de siembra de la campaña gruesa.
En Cruz Alta (Córdoba) se midieron más de 330 milímetros en pocas horas, un registro que supera los promedios históricos para todo un mes. En María Teresa (Santa Fe) la situación también fue crítica, con 270 mm que provocaron anegamientos en calles y viviendas. En la provincia de Buenos Aires, localidades como 9 de Julio y Carlos Casares sufrieron inundaciones que profundizan un cuadro que ya era delicado tras semanas de lluvias continuas.
En el partido de 9 de Julio, se estima que más de la mitad de la superficie quedó afectada por el agua. Productores de la zona advierten que será muy difícil avanzar con la siembra de maíz temprano y girasol, por lo que evalúan retrasar el inicio de la campaña y apostar a soja o maíz tardío como alternativas de resiembra.
En el resto de Córdoba también se registraron valores elevados: Colonia Vignaud acumuló 188,6 mm y San Guillermo 168 mm. Sin embargo, la distribución fue muy irregular: en Río Primero apenas cayeron 11 mm, lo que refleja la variabilidad climática que caracteriza a esta campaña.
En Santa Fe, las lluvias dejaron marcas dispares según la región. Mientras que en el sur provincial se registraron acumulados importantes —Cañada de Gómez con 150 mm, Pichincha con 132 mm y La Cebila con 128 mm— en otras zonas los registros fueron más bajos, aunque suficientes para complicar caminos rurales y demorar labores agrícolas.
En Buenos Aires, el impacto fue más severo en el oeste. Allí los excesos hídricos se sumaron a napas altas que ya venían generando problemas desde comienzos de agosto. Las autoridades locales informaron que hay rutas anegadas, caminos rurales intransitables y pérdidas materiales en establecimientos tamberos y agrícolas.
Meteorólogos advierten que, si bien las precipitaciones tenderían a moderarse en los próximos días, las napas freáticas se encuentran muy recargadas y cualquier nuevo evento podría agravar los problemas. Además, los pronósticos de septiembre anticipan nuevas lluvias por encima de lo normal para gran parte de la región pampeana.
Productores y técnicos coinciden en que la campaña 2025/26 arranca con fuertes desafíos: mientras en algunas zonas la falta de piso y los anegamientos impiden sembrar, en otras la irregularidad de las lluvias mantiene sectores con sequía. Este escenario de contrastes obliga a replantear estrategias productivas y genera gran incertidumbre en un año clave para el agro.