El congelamiento de los precios de los combustibles por 90 días que el Gobierno había dispuesto finalizó este miércoles y las petroleras estableciron nuevamente los importes de las naftas sin autorización del Poder Ejecutivo.
El decreto que reguló el precio de los combustibles se conoció el 15 de agosto, tras las PASO. Allí se estableció que las compañías debían mantener los valores del 9 de agosto y que se tomaba un dólar de referencia de $45,19.
A través de la normativa, se facultó a la Secretaría de Energía, dependiente del Ministerio de Hacienda, para autorizar incrementos en los precios en dos subas, de 5% cada una, en septiembre y a fines de octubre.
Voceros de las tres principales petroleras que dominan el segmento minorista de combustibles coincidieron en señalar que el atraso de precios producto del congelamiento no se podrá recuperar inmediatamente, sino que se buscará alcanzar paulatinamente y en lo posible acercarse a una paridad de importación para cuando asuma el presidente electo Alberto Fernández.
La referencia al futuro Gobierno se debe a que las empresas anticipan que un eventual llamado a un acuerdo social que incluya una política de precios restrictiva, los encontraría con un atraso importante que no se registra en otros sectores de la economía que si aplicaron aumentos desde agosto.
La Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA) expresó que «la medida se volvió insostenible en una economía con dos dígitos de inflación y un abastecimiento que sigue siendo deficitario o restringido, especialmente en el canal de estaciones blancas».