«Lo que decíamos del CETA hace cinco años no es lo mismo que decimos hoy, porque el CETA de hace cinco años no es el de hoy. Hay unas garantías que hemos obtenido en las conversaciones con el gobierno canadiense», recordó.
La portavoz insistió en que el gobierno del presidente Emmanuel Macron va a «examinar» atentamente el texto antes de comprometerse con él, reprodujo la agencia de noticias EFE. «Hoy no puedo decir que vayamos a ratificarlo», avisó.
Por su lado, el ministro de Transición Ecológica y Solidaria, François de Rugy, destacó que una de las «consecuencias indirectas» del pacto con el Mercosur es que Brasil se haya comprometido a no salir del Acuerdo de París sobre el clima.
Sin embargo, recordó que el tratado comercial «no ha sido ratificado aún» y agregó que el mismo está supeditado a que Brasil respete sus compromisos» en materia ecológica.
«No habrá ratificación si Brasil continúa con la deforestación» en el Amazonas, aseveró De Rugy.
Francia ha sido desde el inicio uno de los países más reticentes a cerrar el acuerdo con el Mercosur, debido sobre todo a las garantías ecológicas que exige y a la presión de sus agricultores, especialmente por las importaciones de vacuno y azúcar.
Las negociaciones técnicas para un acuerdo entre la UE y Mercosur se iniciaron en Buenos Aires en abril de 2000 y desde entonces se celebraron más de una treintena de rondas de negociación, un proceso complejo, incluso con bloqueos de muchos años.