Pero fue el marzo más flojo desde 2010, según los datos expresados por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).

Durante marzo las empresas agroindustriales liquidaron la suma de 1143,3 millones de dólares, mientras que el monto ingresado desde comienzos de año asciende a 4189,4 millones.

Así lo informó hoy lunes la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan un tercio de las exportaciones argentinas.

El primer trimestre del presente año corresponde al ciclo comercial de soja 2017/18, el cual estuvo caracterizado por una restricción hídrica que afectó la producción de la oleaginosa. A partir de abril comienza el ciclo comercial 2018/19 con embarques programados para ese mes de 610.000 toneladas de harina de soja, 444.000 toneladas de poroto de soja y 188.600 toneladas de aceite de soja, además de un monto aún no determinado de biodiesel.

La liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados, ya sea en su mismo estado o como productos procesados luego de una transformación industrial.

“La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación; anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas. Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate”, explicó Ciara-CEC.

“En este sector, las comparaciones estadísticas entre distintos períodos son generalmente imprecisas o inexactas ya que la liquidación de divisas está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos como oscilaciones internacionales de precios, retracción de la oferta, distinto volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, etcétera”, añadió.