La crisis que atraviesa el sector yerbatero en Misiones volvió a profundizarse en los últimos días. Tras la desregulación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), impulsada por el Gobierno nacional mediante el decreto 812/2025, un número creciente de pequeños y medianos productores evalúa no levantar la zafriña de verano. La medida, inédita para la actividad, generó divisiones internas y expuso la gravedad del momento.

Mientras un sector sostiene que suspender la cosecha es la única forma de visibilizar la crisis, otros productores insisten en que dejar la yerba en el campo sería agravar aún más las pérdidas en un contexto de extrema fragilidad económica.

Un sector sin referencia de precios y con valores que no cubren los costos

La asamblea realizada en Campo Grande reunió a colonos de distintos puntos de Misiones y dejó en claro un diagnóstico común: sin regulación, el mercado quedó librado a precios dispares que no alcanzan para cubrir los costos mínimos de producción.

Salvador Torres, integrante del Movimiento Agrario Misionero (MAM), describió el escenario con preocupación: valores de $180 a $200 por kilo de hoja verde, muy por debajo de una grilla oficial que, incluso con cuestionamientos, ubicaba el costo de producción por encima de los $400. La ausencia de esa referencia, explican, dejó a los productores en una situación de total vulnerabilidad ante secaderos e industrias.

La incertidumbre también golpea al resto de las economías regionales de la zona centro. El té atraviesa una caída profunda, el tabaco vive uno de sus peores momentos y la producción de alimentos en pequeña escala tampoco encuentra mercado. Para los colonos diversificados, acostumbrados a sostenerse en más de una actividad, la situación es crítica.

Debate interno y medidas de fuerza en estudio

Con la desregulación, la pérdida del “resorte regulador” que brindaba el INYM se convirtió en el eje del conflicto. Un grupo de productores plantea que no iniciar la cosecha sería una señal contundente ante la falta de respuestas oficiales. Otra parte del sector, en cambio, advierte que dejar de cosechar afectaría aún más a quienes dependen de cada kilo levantado para atravesar un año marcado por la inflación y la inestabilidad.

La discusión continuará este jueves en una nueva asamblea en San Vicente, donde se analizarán medidas de fuerza y la posibilidad de coordinar acciones con otros sectores productivos. “Estamos en una situación límite y hasta ahora nadie nos escuchó”, señaló Torres.

Una economía regional en alerta

Los yerbateros aseguran que la desregulación profundiza un círculo vicioso: sobreoferta, precios a la baja, caída de rentabilidad y riesgo creciente para los pequeños y medianos establecimientos. Aunque reconocen que la crisis económica nacional limita cualquier estrategia, insisten en que el INYM cumplía un rol central para amortiguar impactos y ordenar la actividad.

Con una zafriña en duda, precios sin referencia y un malestar que se expande a otras producciones, Misiones ingresa en un nuevo capítulo de tensión. Las próximas reuniones serán clave para definir los pasos a seguir y evitar un deterioro mayor en una de las economías regionales más emblemáticas del país.