Los precios de la hacienda se encuentran en los niveles más altos de las últimas dos décadas y podrían seguir escalando, según indicó el consultor ganadero Ignacio Iriarte en su informe mensual. La fuerte valorización se dio pese a que la inflación interanual (IPC) fue del 31,4%, muy por debajo de la suba registrada en las distintas categorías de ganado.
En los últimos 12 meses, el precio del novillito en el Mercado Agroganadero de Cañuelas aumentó un 73%, el del novillo un 89%, la vaca gorda un 84% y la conserva buena un 62%. El ternero de invernada (180 a 200 kilos) se encareció un 75% y el novillo Hilton un 80%.
En el mismo período, el Índice Ponderado de Insumos Ganaderos elaborado por Iriarte subió un 40,8%. “Hasta hace unos meses este indicador venía evolucionando por debajo de la inflación, pero en los últimos cuatro meses su magnitud se ha visto afectada por la devaluación del peso”, explicó el especialista.
Precios en dólares y valores históricos
En dólares libres, el ternero de invernada cotiza a unos U$S3,60 por kilo, lo que lo ubica un 110% por encima del promedio de los últimos diez años y en el valor más alto de toda la serie 2005-2025. Además, actualmente muestra una relación “muy favorable” frente al precio del metro cuadrado urbano y al costo de una hectárea de campo de cría.
La vaquillona británica preñada vale unos US$920, un 34% más que hace un año y un 49% más respecto al promedio histórico de la década.
A moneda constante, el novillito en Cañuelas se ubica un 33% por encima del promedio histórico (2005-2024) y apenas un 7% por debajo del pico de 2022. Aquel récord, destacó Iriarte, duró apenas un par de meses: a fin de ese año el precio real había caído 38% tras desinflarse la fuerte demanda exportadora que había impulsado la suba.
En cuanto al ternero, su precio actual es 44% superior al promedio del período 2005-2024 y sólo 6% menor al récord de diciembre de 2021. En 2022, por ejemplo, pasó de tocar $5400 por kilo entre febrero y marzo a desplomarse a $3300 en diciembre, una caída del 37%.
Oferta limitada y señales de corto plazo
La zafra de terneros que se aproxima —parición 2025 y destete 2026— sería unas 600.000 cabezas menor a la de 2023, cuando todavía no se habían manifestado los efectos de la sequía.
Aunque la relación ternero/vaca mejoró en los últimos 20 años (del 62-63% en 2005-2006 a 68-69% en 2023-2025), el número total de terneros destetados cayó de manera marcada. Antes de la sequía, se destetaban entre 15,2 y 15,4 millones de crías; en 2024 y 2025 el número bajó a 14,5 millones, y recién se recuperaría levemente a 14,8 millones en 2026.
“El porcentaje de preñez se ha mantenido alto, pero el número de vientres expuestos a servicio ha caído en más de un millón de cabezas y no muestra hasta ahora signos de recuperación”, advirtió Iriarte.
El llamado “efecto China” contribuyó a depurar rodeos eliminando vacas viejas o improductivas, pero el nivel de destetes —indicador clave de la producción futura— continúa bajo. En las últimas dos décadas, solo en ocho oportunidades se superaron los 15 millones de terneros destetados.
Con una oferta que seguirá limitada y una demanda interna y externa firme, el mercado anticipa que los precios podrían continuar su trayectoria ascendente en los próximos meses.















