Durante los primeros seis meses de 2025, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) logró un incremento significativo en sus reservas internacionales brutas, que crecieron en US$ 10.332 millones y alcanzaron los US$ 39.973 millones al cierre de junio. El principal motor de ese resultado fue el aporte de la agroindustria, acompañado por el desempeño de la minería y la energía, en un escenario de mayor normalización del comercio exterior.
El ingreso neto de divisas por exportaciones de bienes totalizó US$ 19.888 millones, con el complejo agroindustrial —soja, maíz y trigo— como protagonista central. A ese flujo se sumaron US$ 5514 millones provenientes de los sectores minero y energético, que consolidaron su superávit y mostraron un fuerte dinamismo. También resultaron determinantes los desembolsos de organismos internacionales, entre ellos el Fondo Monetario Internacional, que completaron un flujo positivo de US$ 45.427 millones hacia las reservas.
El agro, sostén estructural de la economía
De acuerdo con un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), elaborado por los economistas Bruno Ferrari y Emilce Terré, la agroindustria sigue siendo el pilar estructural del ingreso de dólares genuinos a la economía argentina. El repunte de la producción, tras una cosecha más favorable que la de 2023, junto con la recuperación de precios internacionales, permitió sostener el flujo exportador de granos y subproductos.
El rol del agro es considerado estratégico no solo por su volumen de aportes, sino también por su capacidad de reducir la dependencia de financiamiento externo y de capitales especulativos, que suelen mostrar una elevada volatilidad.
Minería y energía, sectores en expansión
La mejora del balance externo no se explica únicamente por el campo. Minería y energía mostraron un cambio estructural: tras registrar un déficit de US$ 936 millones en 2022, alcanzaron un superávit récord de US$ 5514 millones en el primer semestre de 2025. Esta transformación estuvo impulsada por menores importaciones de petróleo y electricidad, junto con mayores exportaciones de crudo, gas y minerales, en particular oro.
El sector minero, que requiere escasa importación de insumos, generó exportaciones por US$ 2611,9 millones, el mayor nivel en más de dos décadas. La combinación de inversiones previas, expansión de proyectos y precios internacionales favorables consolidó su aporte al saldo externo.
Déficits en otros sectores
En contraste, la industria automotriz, el comercio y la maquinaria registraron déficits que sumaron US$ 18.163 millones en la primera mitad del año. A esto se añadió un saldo negativo de US$ 5868 millones en la cuenta de servicios, además de salidas de capital vinculadas con la dolarización de carteras e inversiones privadas.
No obstante, el superávit comercial de los sectores más competitivos y el financiamiento externo compensaron esos egresos. En términos de balance cambiario, la cuenta corriente cerró en rojo, pero la cuenta financiera aportó un saldo positivo de US$ 11.237 millones, lo que permitió al BCRA sostener el nivel de reservas y enviar una señal de estabilidad a los mercados.
Perspectivas para el segundo semestre
Los analistas advierten que la evolución de las reservas en lo que resta de 2025 dependerá de tres factores centrales:
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La continuidad de los flujos agroindustriales, condicionados por la campaña agrícola y los precios internacionales.
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La consolidación de minería y energía como sectores superavitarios.
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La disponibilidad de financiamiento externo, clave para cubrir déficits en otros rubros y mantener la estabilidad cambiaria.
En este marco, el Banco Central apuesta a sostener la acumulación de divisas y fortalecer el proceso de reordenamiento macroeconómico, con la mirada puesta en reducir la vulnerabilidad externa y dar respaldo a las políticas oficiales.