Las medidas anunciadas por el gobierno de baja de retenciones a la soja son una nueva transferencia millonaria de fondos de los productores a las grandes empresas aceiteras que manejan el comercio de granos.

Se sabe que una baja de impuestos a esta altura del año y por tres meses solo beneficia a este sector agrupado en la Cámara de Industrias Aceiteras de la Republica Argentina (CIARA).

Los productores ya vendieron y ahora están sembrando para la campaña que viene, que no tendrá esa baja de impuestos.

Los «mimos» comenzaron hace semanas en Olivos cuando el presidente Alberto Fernández se sentó a cenar con los grandes empresarios del sector.

Gustavo Idigoras, presidente de Ciara, representa a estas grandes empresas que compran cereales a los productores y participó de las negociaciones con las que se benefició.

Los productores se quedaron con las manos vacías. Los miembros de la Mesa de Enlace no participaron de estos encuentros. A través de la creación del Consejo Agropecuario el gobierno logró una nueva división en los sectores productivos.

Con estas medidas el gobierno podría conseguir que ingresen casi 3 mil millones de dólares de aquí a fin de año.

El objetivo que sinceró el ministro de economía Martín Guzmán en la conferencia de prensa fue conseguir alivio para las reservas del Banco Central.

Ante la necesidad de dólares las caricias a las poderosas empresas aceiteras son apenas una anécdota del gobierno nacional y popular.