El maní es un producto que se exporta casi en su totalidad y, por eso, cualquier política restrictiva en relación al dólar impacta de lleno en la cadena.

A principios de mes, la Cámara Argentina del Maní (CAM) emitió un comunicado en el que advirtió que podría reducirse la siembra debido a la decisión de los bancos de no otorgar o reducir las prefinanciaciones para operaciones de comercio de exterior.

El alerta que había encendido la CAM en ese momento ahora se confirmó: la primera estimación de siembra de la entidad, elaborada en base a información aportada por las compañías del sector, indica una caída del 12,2 por ciento.

El área 2019/20 proyectada es de 340.459 hectáreas, 47 mil menos que las 388 mil del ciclo pasado. Y 100 mil por debajo de las 440 mil de la temporada 2017/18.

“Factores como las escasas oportunidades de acceso a fuentes de financiación, explican la actual disminución de la superficie de cultivo”, resumió la CAM.

Sobre este punto, vale decir que la última cosecha fue una de las mejores de la historia y permitirá un crecimiento del 35 por ciento de las exportaciones.

Es decir, que el panorama productivo permitía pensar en un repunte del área pero el escenario crítico de la economía argentina cortó esas expectativas.