El índice de participación del Estado en la Renta Agrícola se redujo a 56,4%, según la evaluación trimestral que elabora la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada).

Esto significa que, de cada $100 de renta que genera un campo (valor de la producción menos costos), poco más de la mitad se lo quedan los tres niveles de gobierno.

En concreto, el 55,7% son impuestos nacionales no coparticipables (retenciones e Impuesto al Cheque), el 38,6 por ciento son coparticipables, el 4,9% son provinciales y el 0,8% son tributos municipales.

El indicador acumula así el quinto trimestre de caída consecutiva y está cerca de su piso histórico, del 55,8%, que alcanzó a mediados de 2018.

Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, con alícuotas de retenciones muy por encima de las que rigen actualmente, se llegó hasta un pico del 94,1 por ciento.

Por cultivos, la soja se mantiene como la más perjudicada por la presión impositiva, con un peso del Estado del 62,1% sobre la renta. Le sigue de cerca el girasol, con 61,1%; el maíz, con 48,9 por ciento; y el trigo, con 43,9 %.

“Las diferencias entre cada cultivo radican en los impuestos, como el caso de soja que tiene 18 por ciento más de derechos de exportación que el resto, y en la renta que genera cada cultivo: a menor rentabilidad mayor participación relativa de los impuestos”, recordó Fada.

Por provincias, Santa Fe y San Luis son las que tienen menos participación sobre la renta, seguidas por Córdoba, Buenos Aires y La Pampa.