El Indec publicó ayer los datos oficiales de la inflación, y los números arrojan malas noticias para la cadena lechera.

Las industrias lácteas están registrando dificultades crecientes para trasladar aumentos de costos a los consumidores argentinos, lo que compromete su capacidad de compra de la leche cruda a tamberos, dado que la mayor parte de la producción se destina al mercado interno.

En el último año, según los últimos datos publicados por el Indec, la “canasta láctea” mostró una inflación interanual de “apenas” 36.5% versus un 45.8 % el promedio de alimentos y bebidas no alcohólicas en comercios y supermercados de la ciudad de Buenos Aires. Una brecha similar se había presentado en los meses de julio, agosto y septiembre de este año.

En el segmento lácteo, las mayores variaciones interanuales correspondieron al yogur firme (+47.5%), el dulce de leche (+42.3%), mientras que el producto más planchado fue el queso pategras (+28.5%).

La canasta cárnica vacuna:asado, carne picada, paleta, cuadril y nalga, ajustó también por debajo del promedio general al registrar una inflación interanual del 39.9% (con un máximo del 46.4% en el caso de la paleta).

Sin embargo, el pan de mesa industrial registró un ajuste interanual de apenas el 28.6%, lo que indica –al igual que en el caso de los lácteos– que en ese producto la posibilidad de trasladar aumentos de costos está restringida por una caída sustancial de la demanda.