En medio de la discusión por los precios de los alimentos, donde el gobierno busca desacoplar los precios internacionales a los locales, el sector aceitero aceptó crear un fideicomiso para ofrecer algunos productos a precios más bajos. El 95% del negocio de las aceiteras es la exportación.
Los productos sujetos a aportes son la harina y pellets de girasol, los pellets de harina de soja, expellers de soja, habas de soja, semilla de girasol y la harina de habas de soja. Mientras tanto, los productos beneficiados por la compensación serán los Aceites Refinados comestibles de soja o girasol destinados al mercado interno para consumo final y familiar en envases de hasta cinco litros.
«El volumen de aceites envasados que será objeto de las compensaciones es de 29 millones de litros por mes, en una proporción mínima de ochenta por ciento de aceite puro de girasol», detalla la normativa, y afirma que en primera instancia el fideicomiso se extinguirá el 31 de enero de 2022.
Ese fideicomiso, que estará integrado por las personas humanas y físicas que operen en el mercado de la soja y el girasol y se encuentren inscriptos en el Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (RUCA), deberá “velar por el interés económico general mediante un sistema interno de compensaciones que permitirá estimular la libre competencia, que garantice el abastecimiento interno y asegure precios justos y razonables para los consumidores”, se explicó de manera oficial.
Aportarán 190 millones de dólares anuales para garantizar precios accesibles del aceite.