Fue por pedido de Alebrto Fernández.
La medida, que había sido comunicada a las principales estaciones de servicio de la red y regiría desde este lunes, iba a tener un efecto cascada sobre toda la cadena de abastecimiento, ya que YPF controla casi el 60% del mercado.
Fernández le trasmitió al titular de YPF la «inconveniencia» de avanzar con ese ajuste, en un momento en que el Gobierno está tratando de desacelerar el ritmo de la inflación.
Fuentes de la petrolera Axion aclararon que si YPF no remarca, ellos tampoco lo harán, y el mismo camino seguirá Shell.
Nielsen había planteado la necesidad de «recomponer» los precios, ya que para el sector petrolero existe un retraso del 15% para equilibrar los niveles de facturación con los costos.
El economista está terminando de definir el plan para atraer capitales al yacimiento no convencional de Vaca Muerta, y para ello necesita tentar a los inversores con determinados márgenes de rentabilidad.
Nielsen consideraba que los precios venían desactualizados y que era necesario un incremento para garantizar la rentabilidad de las petroleras.
Incluso, según fuentes de los estacioneros, en algún momento hasta insinuó la necesidad de ajustar 10% los valores en surtidores.
La Casa Rosada hizo trascender que «jamás» existió autorización alguna para que YPF aumente, ya que todas las tarifas están «congeladas por seis meses».
Desde la visión del Gobierno de Fernández, las petroleras «ganaron mucha plata en estos años», junto con el resto de las empresas del sector energético, el agro, la minería y el sistema financiero.
El Gobierno recordó, además, que también seguirán congeladas las tarifas de gas, electricidad y transporte.
EL presidente destinó parte de este domingo a definir el monto del bono a cuenta de paritarias que se otorgará por decreto al sector privado, y que forma parte del Pacto Social sellado con empresarios y sindicalistas el viernes último.
El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, visitó a Fernández en la residencia de Olivos para terminar de darle forma a esa cifra.
A lo largo de 2019, la nafta aumentó en nueve oportunidades, hasta acumular un salto del 41%, 14 puntos por debajo de la inflación.
La de este lunes iba a ser la décima suba -primera durante el gobierno de Fernández- y llevaría a 46% el alza acumulada global, pero por ahora no prosperó.