La reciente reducción de retenciones, oficializada mediante el Boletín Oficial, representa un cambio relevante en la política impositiva hacia el agro. Desde el sector exportador, destacaron el impacto positivo de la medida, aunque advirtieron que persisten serias dificultades para quienes producen en tierras arrendadas.
El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras, calificó la decisión como “una señal positiva”, haciendo hincapié en que su carácter permanente la diferencia de los esquemas transitorios aplicados en el primer semestre del año.
“Hasta el 30 de junio regía una reducción temporal de alícuotas, pero luego la soja volvió al 33% y el maíz al 12%, quedando sólo el trigo y la cebada con bajas momentáneas”, explicó.
Según Idígoras, la nueva estructura de retenciones tiene el potencial de estimular una mayor intención de siembra: “Es una decisión que abre la posibilidad de aumentar la superficie sembrada y eso es alentador”, sostuvo. Sin embargo, aclaró que la respuesta concreta del mercado dependerá de otros factores claves.
Un comercio que se detuvo
Durante las últimas semanas, el mercado agroexportador vivió una fuerte retracción, signada por la falta de certezas y la caída en las operaciones. “Cuando terminan los regímenes excepcionales, el comercio entra en pausa. A principios de julio lo vimos con claridad, y durante la Exposición Rural directamente se paralizaron los negocios por los rumores que circulaban”, relató el titular de CIARA-CEC.
El impacto se reflejó en los números: en junio se registró una disminución del 95% en los contratos y declaraciones de exportación. De acuerdo a los cálculos del sector, actualmente hay cerca de 20 millones de toneladas de soja sin precio, junto con una cantidad menor de maíz, lo que representa unos 12.000 millones de dólares pendientes de ingreso al país.
Si bien no se espera una reactivación inmediata, Idígoras se mostró cautamente optimista: “Agosto y septiembre no son meses históricamente muy activos, pero al menos saldremos del cero”.
La rentabilidad, aún comprometida
Pese al alivio fiscal, el problema estructural persiste, especialmente para los productores que alquilan tierras. “Hoy, incluso con una alícuota del 26%, muchos productores no logran números positivos. El problema de fondo es que los precios internacionales no muestran una curva ascendente”, advirtió.
El presidente de CIARA-CEC remarcó que la medida oficial es un paso importante, pero insuficiente si el mercado global no acompaña. “La baja de retenciones es un paso estructural importante, pero todavía falta que el mercado acompañe para que la soja vuelva a ser un cultivo rentable en todo el país”, concluyó.