Este existe una gran acumulación de material vegetal en zonas inaccesibles y con poca disponibilidad de agua. Por eso, los pronósticos climáticos tampoco ayudan a mitigar esta posibilidad y se esperan temperaturas por encima de lo normal con baja humedad para la primavera.

Frente a este escenario, especialistas del INTA brindan recomendaciones, alertas tempranas, índices y prácticas de manejo para anticiparse y minimizar el riesgo.

En este escenario, se espera una mayor probabilidad de incendios en las provincias de Corrientes, Santa Fe, Formosa, Chaco y Santiago del Estero.

Estas zonas se caracterizan por tener bosques nativos, pastizales secos y áreas agrícolas donde la vegetación acumulada se convierte en un combustible potencialmente peligroso, en especial, en temporadas calurosas.

“Observamos un corrimiento de la temporada de incendios hacía meses más tempranos: comenzaron en julio cuando suelen suceder a partir de agosto y septiembre”, afirmó Nicolás Mari, investigador del INTA Cruz del Eje y docente del Instituto Gulichm de la Comisión Nacinal de Actividades Espaciales (CONAE).

“Argentina enfrenta un riesgo continuo y significativo en cuanto a incendios forestales”, fundamentó Mari y dijó que los factores climáticos y de manejo inadecuado mantienen una cantidad de focos sostenida en el tiempo.

Es importante bajar la acumulación de material combustible en áreas vulnerables según cada ecosistema y realizar quemas prescriptas controladas, mantenimiento de cortafuegos, limpieza de picadas en campos y terrenos rurales, mantención mecánica y pastoreo rotativo.

“También es importante mantener los caminos rurales y los accesos libres de vegetación, ya que no solo previenen la expansión de incendios, sino también facilitan el ingreso de equipos de control de incendios cuando sea necesario”, aclaró el especialista.

El manejo adecuado de los pastizales reduce el riesgo de que estos actúen como material combustible, manteniendo una carga adecuada de acuerdo al ecosistema que se trate.