En el marco de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación entre la industria láctea y la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra), sigue la tensión.

A pesar de que la intervención de la autoridad laboral dispuesta el lunes 13 de julio, que abrió una instancia de diálogo y dispuso que no se pueden realizar medidas gremiales por 15 días, desde algunas plantas de Buenos Aires y Santa Fe admitieron que se realizaron asambleas sorpresivas, lo que descontinuó los planes de producción e incumple con la orden de Trabajo de la Nación.

Según consignó Agrovoz, algunas empresas denunciaron amenazas por parte de las seccionales del gremio que exigían el pago de un adelanto de futuros aumentos.

“La situación es preocupante, porque el accionar el gremio desconcierta al sector industria que no puede planificar. Por suerte no es algo generalizado”, indicaron desde la industria.

El conflicto

En reclamo por una mejora salarial para los trabajadores, Atilra había convocado a un paro general de la industria el 13 de julio, medida que quedó sin efecto por la intervención del Ministerio de Trabajo.

Los días anteriores, durante el fin de semana largo, ya el gremio había lanzado un plan de lucha con el quite de colaboración (sin horas extras ni francos trabajados), lo que había generado inconvenientes en las usinas por la acumulación de leche sin procesar en los depósitos.

El gremio y la industria volverán a reunirse este miércoles, en el marco de la instancia de conciliación que busca destrabar el conflicto.