Este lunes Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) se manifestó en contra de las medidas que toma el gobierno y que, desde su punto de vista, perjudican al sector agropecuario.

“La realidad puede analizarse de diferentes maneras y una de ellas nos lleva a la fábula de la rana y el escorpión. Si esto se concreta, todo terminará como en la fábula de Esopo y, una vez más, la rana y el escorpión habrán explicado la realidad”, es el párrafo final del comunicado que difundió CRA.

De alguna manera, la entidad ruralista parece sugerir que el Gobierno no puede “resistir su naturaleza” de castigar al agro, pero que eso inevitablemente llevará a que la economía argentina vuelva a hundirse.

Para CRA, la suerte de la Argentina en los planos productivo, económico y social, “depende de aquello que como conjunto y sociedad sabemos hacer mejor, y eso es el resultado de las cadenas agropecuarias argentinas”.

En este marco, enumeró una serie de medidas y propuestas que constituyen “una cadena de desaciertos, yerros y errores de diagnósticos, ya sea por falta de conocimiento, de idoneidad o por intencionalidad”.

Entre ellas, cuestionó los “globos de ensayo” de los rumores de intervención del mercado de trigo, el posible cierre de las exportaciones de carne, el regreso de la Junta Nacional de Granos, las idas y vueltas con el Mercosur y las trabas para los créditos a tasa subsidiada que se conocieron el último viernes.

“Se van acumulando errores uno tras otro, sumando incertidumbre al único sector activo de la economía, que por sus características propias, por su capacidad y por el contexto mundial aparece como la nave insignia para poder atravesar este temporal global”, mencionó CRA.

«El propio Ministerio de Agricultura de la Nación indica que la liquidación de cereales y oleaginosas en su comparativa interanual rubrica una brecha positiva de diez puntos (48% vs. 38% del año anterior), que ya se liquidó, anticipadamente una proporción grande de la cosecha», señaló.

Desde la entidad subrayaron que los propios datos oficiales muestran que ya se ha vendido el 48 por ciento de la cosecha, contra 38 por ciento a la misma altura del año pasado, en respuesta a quienes acusan a los productores de especular esperando una devaluación y los presionan para que vendas sus granos.