El consumo de carne en 2019 alcanzó los 109,5 kilos anuales per cápita en la Argentina, entre la que figura el gasto en carnes de vaca, pollo o cerdo, y retrocedió un 5,3% en relación al 2018, cuando se ubicó en 115,6 kilos anuales.

Esto hace que el esfuerzo que tienen que hacer el sector pecuario sea mayor por el peso que tienen los costos fijos en el esquema de producción, sin olvidar el serio impacto que tienen cuestiones tales como la falta de liquidez y el encarecimiento del crédito.

Así lo indicó un informe de la consultora Ecolatina, que refirió además que la sustitución de la carne vacuna por otra proteína animal como es la carne de pollo se sustenta en la caída que experimentó en los últimos años el salario real independientemente del cambio de precios relativos que ofreció cada alimento.

Pero además, lo conseguido en 2019 en materia de consumo de las tres carnes, es lo más bajo de los últimos 7 años, cuando en 2012 el consumo fue de 107,4 kilos anuales.

Según los especialistas de la consultora, en el sector vacuno, donde se encuentra la mayor oportunidad para Argentina frente a la demanda de China, se espera que el stock bovino se reduzca en 2020, ante la necesidad de liquidar vientres para afrontar obligaciones financieras. Asimismo, los frigoríficos habilitados para exportar al país asiático se encuentran al máximo del uso de su capacidad instalada.